El verdadero misionero sabe que es frágil
«El verdadero predicador es el que sabe que es débil, que sabe que no puede defenderse de sí mismo. El enviado “en medio de los lobos” podría objetar: ¿Pero, Señor, para que me coman? La respuesta es: ¡Tú ve! Este es el camino. Veamos una reflexión muy profunda de Juan Crisóstomo: “Pero si tú no vas como cordero, si vas como lobo entre los lobos, el Señor no te protege: defiéndete solo”. Es decir: cuando el predicador se cree demasiado inteligente o cuando ese que tiene la responsabilidad de llevar adelante la Palabra de Dios quiere hacerse el astuto y quizá piensa: ¡Ah, yo puedo con esta gente!, entonces terminará mal, o negociará la Palabra de Dios: con los poderosos, con los soberbios…».
(Homilía de S.S. Francisco, 17 de febrero de 2017, en santa Marta).
(Homilía de S.S. Francisco, 17 de febrero de 2017, en santa Marta).
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