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Dom XXVII SOLEMNIDAD DE SAN FROILÁN - DIÓCESIS DE LEÓN

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   Celebramos con gran alegría la festividad de San Froilán, nuestro querido patrón de León, quien dedicó su vida a Dios y al servicio pastoral. En esta solemnidad, que la liturgia nos permite, ponemos en el centro de la reflexión el pasaje del Evangelio de Marcos, donde Jesús encomienda la misión de ir por todo el mundo y proclamar el Evangelio a toda criatura.    Este mandato es fundamental para nuestra vida como cristianos. Jesús nos envía como mensajeros de la buena noticia, a llevar luz donde hay oscuridad y esperanza donde hay desánimo. San Froilán encarnó este llamado en su vida; dejó su hogar muy joven, y más tarde su soledad monacal para llevar el mensaje de Cristo a las comunidades que necesitaban escuchar y conocer el amor de Dios. Su vida fue un testimonio viviente de la fe activa y comprometida del buen Pastor, que sabe cuidar y guiar; un ejemplo que hoy debemos seguir.    Al reflexionar sobre las palabras del Señor, nos damos cuenta que no se ...

DOM XXVII del T.O. El gorrión beige y marrón.

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El Evangelio de este domingo comienza con una pregunta-petición que los discípulos dirigen al Señor:  aumenta nuestra fe.  Esta petición sigue a los versículos anteriores que hablan del perdón incondicional. ¡Qué difícil es perdonar! ¡Y todos lo vemos!    Ante ciertas dificultades, los discípulos piden al Señor que aumente su fe para ser capaces de este gesto revolucionario: ¡perdonar! El Señor Jesús responde a la petición de los discípulos con una exageración: «Si tuvieran fe tan pequeña como un grano de mostaza, podrían decirle a esta morera: 'Desarráigate y plántate en el mar', y les obedecería».  Una morera desarraigada…, una morera con raíces poderosas…, una morera para plantar en el mar… es evidente que el Señor no habla de un poder sobre la naturaleza.    En el relato vemos que la fe en Cristo nos da poder sobre la naturaleza de las cosas que nos resultan imposibles de resolver. La fe es tan pequeña como un grano de mostaza, algo diminuto. La fe...

Dom XXVI del T.O. Al atardecer de la vida, me examinarán del amor

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Durante los últimos domingos, el estribillo ha sido el mismo: ¡ten cuidado con cómo administras lo que tienes! Y como si no fuera poco, este domingo también nos vemos invitados a considerar seriamente las consecuencias de nuestras decisiones, o de lo que podríamos haber hecho pero no hicimos, revelando que el mayor mal reside en el bien que dejamos de hacer.   En el Evangelio, Lucas nos presenta un poderoso relato: el de un hombre rico y el pobre Lázaro. Una parábola que nos invita a considerar la naturaleza de nuestras elecciones en esta vida y las consecuencias eternas que pueden derivarse de ellas.   El hombre rico tiene una enfermedad muy común hoy en el mundo y entre nosotros los cristianos: la hipocresía. De hecho, con palabras de hoy, el hombre rico podría decir: «Pero yo no he matado a nadie, no le hago daño a nadie. Si Lázaro muere de hambre, ¡no es culpa mía! ¡es culpa de la sociedad!, yo tengo la conciencia tranquila». Pero viéndolo desde la perspectiva contraria, d...

Dom XXV del T.O. La verdadera riqueza

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El Evangelio de este domingo nos habla de un administrador deshonesto que derrocha, se apropia y se enriquece con lo que se le ha confiado, en lugar de actuar como un buen hombre atento a las necesidades de los más necesitados. Este administrador deshonesto y tramposo, descubierto y amenazado con el despido, planea una última estafa para asegurar su futuro.    Jesús, con esta narración, condena la deshonestidad de este administrador, pero también quiere darnos una lección sobre la prontitud de espíritu. Él comenta:  «Los hijos de este mundo, …, son más astutos con sus semejantes que los hijos de la luz».  El mensaje es claro. Parece decir: ¡Miren qué rápidos, egoístas y capaces son los hombres en sus asuntos materiales, incluso deshonestos! ¡Y, sin embargo, qué lentos e ineficaces son en asuntos que conciernen al alma, la vida espiritual y la fe!    Utiliza esta historia para enseñarnos cómo debemos ser sabios y prudentes en el uso de los recursos que ...

Dom XXIV del T.O. La Cruz

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Hoy, el calendario litúrgico nos invita a hacer una pausa en la celebración ordinaria del domingo para celebrar con la debida solemnidad la fiesta de la Exaltación de la Cruz de Jesús. Es una fiesta de orígenes antiguos, vinculada a dos emperadores cristianos de Roma, Constantino y Heraclio; ellos vieron en la devota invocación de la Cruz de Cristo la razón de su victoria sobre dos ejércitos enemigos. Pero lo que más impacta y escandaliza de esta fiesta no son tanto sus orígenes históricos, sino el objeto mismo de la devoción: es decir, el hecho de que se invite a los fieles a "exaltar" la cruz. Celebrar el misterio de Cristo es celebrar el misterio de nuestra fe y nuestra existencia. Pero sinceramente ¿Quién se anima a "ensalzar su cruz de cada día"? ¿Quién se siente capaz de ensalzar una vida de estrés y cansancio? ¿Quién se siente capaz de ensalzar un trabajo que no existe o que, cuando lo hay, te agota? ¿Cómo podemos ensalzar las preocupaciones de la vida famili...

Dom XXIII del T.O. El Reino exige

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El Evangelio de este domingo nos presenta los aspectos y exigencias fundamentales del seguimiento. No se puede ser discípulo de Jesús si se ama más al padre, a la madre, a la esposa, a los hijos, a los hermanos, a las hermanas, e incluso a la propia vida... No se puede ser discípulo de Jesús si no se renuncia a todas las posesiones. En esta declaración encontramos un componente característico de la predicación y las decisiones de Jesús: la suya es una vocación que exige un fuerte compromiso, un desapego de muchos hábitos, una orientación radical hacia Él y el Reino de Dios. Para expresar esta exigencia, no duda en usar la paradoja: “Quien ama su vida, la pierde; y quien odia su vida en este mundo, la conservará para la vida eterna” cfr. Jn 12,25. Los discípulos aprenderán que a veces esto no es solo una expresión intensa, sino también una verdad que se realiza a través del testimonio del martirio. Jesús habla de todas las posesiones, afectos, planes y bienes que pueden esclavizarnos, q...

DOM XXII del T.O. Añade asientos a tu mesa

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El Evangelio de este domingo, nos presenta a Jesús en la casa de un fariseo, donde está siendo observado con atención. Este encuentro, nos ofrece profundas enseñanzas sobre la forma en que nos relacionamos con los demás y la actitud que debemos tener en nuestras vidas. Jesús ve cómo los invitados eligen los mejores lugares en la mesa. Está situación plantea que en la vida, muchas veces, buscamos ocupar espacios de honor, anhelamos el reconocimiento, que nos vean y exaltamos nuestra importancia. Sin embargo, Jesús invita a reflexionar sobre la humildad. Él nos dice que, en lugar de buscar el primer lugar, debemos ocupar el último, porque aquellos que se humillan serán exaltados.  Resulta un mensaje radical para nuestra cultura contemporánea, donde la competencia por ser el primero es fuerte. Sin embargo, al enseñarnos a ocupar los últimos lugares, Jesús nos desafía a adoptar una postura de servicio y deferencia hacia los demás. La verdadera grandeza en el Reino de Dios no se mide po...