HOMILIA EN LA FIESTA DE SANTIGO APOSTOL
La conversación que se desarrolla en el pasaje evangélico, elegido para la fiesta del apóstol Santiago, es muy clara al mostrarnos el espíritu con el que debemos ponernos al servicio del Evangelio.
Las categorías de palabra y obra comunes están invertidas, como ocurre en la segunda carta a los Corintios. consideremos cómo el mensaje es contrario a la disposición del mundo. Hablamos de la cruz, de la muerte, del sufrimiento, y de todo esto vivido con la esperanza de que "el que resucitó al Señor Jesús, también nos resucitará con Jesús", y también se dice que, si quieres mandar debes servir, que los primeros lugares a buscar son aquellos que nos ponen al servicio de los demás.
Intentemos releer nuestra vida cristiana a la luz de esta palabra y pensar en el impacto que términos como los propuestos tienen en nuestro comportamiento cotidiano: en la relación con mi comunidad parroquial, con mi familia, en el contexto de mi trabajo. y en definitiva conmigo mismo.
Sí, porque buscar con astucia el primer lugar, en términos de poder y no de servicio, podría significar también no sentirse capaz de "habitare secum", expresión querida por la tradición benedictina, que pretende indicar la posibilidad de un alma en paz con estar sola y no necesariamente tener que demostrarle algo a alguien. Descubrir tus puntos débiles ya es un paso para trabajar en ellos y vivir con ellos.
Quizás Santiago también se haya sentido molesto e incluso mortificado por la respuesta de Jesús, pero su martirio nos muestra que las enseñanzas de Jesús fueron entendidas y vividas hasta sus consecuencias extremas.
Que nuestro patrón interceda por toda España para que no cese el deseo del Evangelio ni el compromiso por darlo a conocer.
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