Dom IV de Cuaresma "Laetare". Ciclo C. El corazón del Evangelio



Al relato de este domingo se le ha llamado “el corazón del Evangelio”, “el Evangelio dentro del Evangelio”. ¿Su propósito? Cambiar radicalmente nuestra visión de Dios. Y no es sólo una cuestión teológica, sino también pastoral: cómo acoger a los que están perdidos, a los alejados, en dificultad...

La parábola habla de la libertad de dos hijos, y lo que ella significa al padre. Hay un hijo menor que en un momento determinado de su vida le dice a su padre: "dame mi parte de la herencia" (una palabra muy de moda hoy en día...). He aquí la primera gran reflexión: querer cosas en lugar de una relación. El amor dice regala, el egoísmo dice dame. No muchos días después, el hijo menor reunió todo lo que tenía y partió a un país lejano, donde malgastó sus riquezas viviendo perdidamente. La segunda enseñanza: ocurre cuando vives envuelto en tus propias necesidades; no sólo evidencia el sentimiento de insatisfacción sino también de distanciamiento. Es la idea de sentirse autosuficiente... pero nos engañamos al pensar que somos capaces con nosotros mismos. El "dame" se ha convertido en "hago lo que quiero"; Pero este "hago lo que quiero" no libera a este hijo sino que lo convierte en un esclavo insatisfecho, hambriento y desilusionado. 

Como suele ocurrir cuando todo se viene abajo, es el momento en el que reflexionamos sobre el sentido de la vida, sobre hacia dónde vamos. Este hijo comprende que ha dejado atrás lo que es verdaderamente bueno, y este volver sobre sí mismo lo lleva a volver, a regresar al origen, a la casa del Padre; y es aquí donde descubre las cosas bellas que había dejado atrás pero que no había comprendido ni apreciado. Es aquí donde se siente amado por el Padre, es aquí donde su venida trae alegría al Padre, es aquí donde comienza la fiesta de la vida.

Pero ante este regreso, ante esta fiesta de la vida, está la reacción del hijo mayor: “Se indignó y no quería entrar”. Puede parecer extraño, pero la felicidad ajena despierta muy a menudo en nosotros celos y envidia. Cuando no estamos contentos con nuestra propia vida, la nueva vida de los demás a veces no nos trae alegría. No puedes compartir la alegría de los demás. No hace falta salir de casa como lo hizo el hijo menor para sentirse solo. A veces, una sensación de incomprensión e injusticia es suficiente distanciaros de las personas que viven a nuestro lado. Este hijo mayor, aunque permanecía físicamente cerca de su padre, estaba tan lejos de él que juzgaba la vida y el corazón de los demás, empezando por el corazón de su padre. Él nunca dice "padre", nunca dice "hermano", sólo piensa en sí mismo, se jacta de haber permanecido siempre cerca de su padre y de haberle servido; Sin embargo, nunca experimentó esta cercanía con alegría. Y ahora acusa a su padre de nunca haberle dado algo con qué celebrar. La actitud autoritaria del hijo mayor también está nosotros; cuando las cosas no salen según nuestros pensamientos o planes, culpamos a todos, incluido Dios. 

Pobre padre, uno de sus hijos se había ido y el otro nunca estuvo realmente cerca de él. "El sufrimiento del padre es como el sufrimiento de Dios..., es sufrimiento ya sea porque nos alejamos o porque estamos cerca pero sin ser cercanos" (papa Francisco). 

Pidamos la gracia de abrirnos a la novedad de Dios, distinta a la nuestra, para saber alegrarnos con los demás y por la alegría de los demás. Esto no nos quita nada y no significa que Dios nos ame menos. Y si las cosas no salen como nos gustaría, recordemos que en ese momento Dios está aún más cerca de nosotros, y nos pide que aprendamos a acoger y ofrecerle lo que nos duele, porque nuestros sufrimientos y nuestras dificultades se vuelven fecundos si se viven con Él y en Él.

A la luz de todo esto, debemos admitirlo: nos parecemos un poco a los hijos de la parábola, porque a veces nos comportamos como uno y a veces como el otro. Por eso, hoy queremos pedir al Padre la gracia de vivir como hijos suyos que nunca se alejan de Él y saben alegrarse con Él. Depende de nosotros escribir el final de esta historia.


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