Podcast. Dom. de Pentecostés
En todo el mundo, la Iglesia celebra el acontecimiento en el que se ha cumplido plenamente la promesa de Dios, primero anunciada por los profetas y luego anunciada por el mismo Jesús: La venida del Espíritu. El hombre incapaz de responder al amor de Dios, de comprenderlo y seguirlo, es alcanzado por un don divino, que le capacita para realizar íntegramente su vocación.
Jesús dice: “Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el que procede del Padre, él dará testimonio de mí. Y también vosotros daréis testimonio, porque habéis estado conmigo desde el principio”.
Alguien puede preguntarse: ¿Cómo obedecer al Espíritu Santo? ¿Cómo reconocer su voz? ¿Cómo dejarse guiar por Él? antes de buscar respuestas, debemos encontrar en nosotros mismos disponibilidad para acogerle. Quien quiera seguir al Señor, de hecho, debe estar dispuesto a todo. Y aquí viene lo difícil y lo hermoso. Difícil, porque el Espíritu Santo es el Amor que te pide que pierdas tu “yo” tan inclinado a estar siempre en el centro y tan interesado en controlar todo y a todos. Hermoso, porque el Espíritu es la verdad/amor que te libera de ti mismo, de tus falsas seguridades, de tu deseo de ser lo que no eres. Y te libera para hacerte un gran regalo: la capacidad de amar.
Como de-centrarnos no es una operación fácil e indolora, pedimos junto al Espíritu Santo, en este Pentecostés 2024, que nos permita superar el miedo a perder nuestro yo para hacer que Dios sea nuestro todo.
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