Podcast Fiesta del Bautismo del Señor - ¡Aquí está el gran regalo!


Hoy es la fiesta del bautismo de Jesús, una fiesta muy grande porque nos hace entender, una vez más, lo grande que es el amor de Dios por nosotros.

 

El evangelio nos permite partir de un punto para dos reflexiones:

  • 1) lo que nos dice el texto – sobre el acontecimiento. 

  • 2) lo que nos enseña o deja para nuestra vida.

En primer lugar, es claro que la encarnación de Dios en el mundo no termina con el nacimiento de Jesús, o con la adoración de los Magos, o con la presentación en el Templo, o con la vida cotidiana en la familia…, esta continúa y encuentra su ápice cuando a los treinta años Jesús se presenta, como todo el pueblo, a escuchar a Juan y se hace bautizar por él. 


En el río Jordán el Padre lo reconoce como “Hijo”, convirtiendo su Bautismo de agua, en bautismo de “Espíritu”.  Jesús así comienza a “caminar” para conocer a la gente, para establecer una relación con quien pedía o tenía una necesidad, ofrecía el don de su misericordia y la curación moral y física.

 

Se enfrenta a toda miseria humana, espiritual y material, curando enfermos y leprosos, acogiendo a mujeres y niños, perdonando pecadores y publicanos, proclamando la “buena nueva” a los pobres y anunciando la venida del reino de su Padre, para la salvación de todos.

 

La segunda reflexión nos lleva a sabernos también como Jesús “hijos de Dios”, por lo tanto, capacitados para realizar sus mismas obras gracias al Espíritu Santo recibido en nuestro bautismo, Él mismo lo recibió y lo ha prometido, lo ha puesto a disposición nuestra.

 

Al igual que en el Jordán se desgarró el cielo, así también podemos hacer un desgarre en nuestra vida…

 

Y surge la pregunta: ¿Cómo? Pues con nuestra actitud, con nuestro traer esperanza contra toda falta de esperanza, cambiando el mal por el bien, regocijándose con los que se regocijan, llorando con los que lloran, escuchando, donde hay ofensa llevar el perdón, apoyar y soportar, compartiendo en lugar de dividir ... etc. ... en fin, actuar con amor, por amor, en el amor como Jesús.

 

Este es el compromiso de nuestro Bautismo, que nos llama a ser “hermanos de todos, con todos, para todos”.

 

Pregunta

 

¿Como soltero, como pareja, como familia, como comunidad, ¿nuestro ser bautizado sigue siendo un simple rito y recuerdo, o quiere ser la piedra angular de nuestra vida según el modelo de amor que Jesús nos indicó?

 

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