Sigue en camino. Meditación personal para la semana XXXIII del T.O.



HAZ LA SEÑAL DE LA CRUZ Y GUARDA SILENCIO

Después de la señal de la cruz, comienza este momento de escucha de la voz del Señor, recogiéndose en un instante en silencio.

INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO

Invoca la luz y la fuerza del Espíritu Santo sobre ti y tu vida.

SIGUE EN CAMINO

Leer varias veces, lentamente, el texto sagrado para captar el mensaje de Dios en él. El comentario puede ayudar a comprender la situación y el ambiente en el que se desarrolla el hecho narrado o el porqué de las palabras relatadas en él.

La parábola de los talentos enfatiza la responsabilidad de cada uno de nosotros ante Dios. Con su enseñanza, Jesús nos recuerda que el Padre Celestial ofrece a cada persona sus dones, que no pueden permanecer ocultos: cada uno debe comprometerse a hacerlos fructificar según sus capacidades. .

Y si, por un lado, la atención del verdadero discípulo del Resucitado debe concentrarse enteramente en la calidad y la laboriosidad de los dones recibidos de Dios, la parábola de los talentos nos habla también de la venida del Señor mismo a la fin del tiempo.

Cuando Jesús regrese, nos exigirá saber cómo hemos utilizado nuestro tiempo, qué hemos hecho con nuestra vida y los talentos que hemos recibido, de qué manera y en qué medida hemos hecho fructificar nuestras capacidades.

Talentos también son los dones y carismas recibidos del Espíritu Santo, así como el Evangelio, la revelación y la salvación que Cristo ha transmitido a la Iglesia. Y todo creyente en Jesús tiene el deber de retransmitir estos dones a los demás, con el testimonio de palabras y hechos concretos de su vida.

Durante la semana, relaciona tu vida con el texto que lees. Es vuestra relectura con el objetivo de escuchar lo que el Señor os dice en este período o situación de la vida, lo que dice al desarrollo de vuestra persona, lo que sugiere para vuestras relaciones. Él os consuela, os exhorta, os guía y os anima.

Domingo

Lee el pasaje del Evangelio y pregúntate: ¿Sé reconstruir en mí la historia de los dones que recibí de Dios? ¿Qué encuentro hoy en la palma de mis manos? ¿Qué cosa preciosa no puedo desperdiciar, arrancar y tirar de mi vida?

Lunes

Lee el pasaje del Evangelio y pregúntate: ¿Aún vivo con celos y envidia? En lugar de perder el tiempo contando los talentos de otras personas, me pregunto: ¿cómo puedo hacer que mis talentos sean fructíferos? ¿Qué debo hacer para no perder una oportunidad única en mi vida?

Martes

Lee el pasaje del Evangelio y pregúntate: como los demás discípulos de Jesús, ¿También vivo yo mi crecimiento espiritual con compromiso? ¿Me dejo ayudar con consejos y acompañamiento espiritual en las decisiones que hay que tomar? ¿Tengo un alma positiva dentro de mí para confiar en el amor de Dios?

Miércoles

Lee el pasaje del Evangelio y pregúntate: ¿Qué es lo que me bloquea tanto que no puedo confiar en la positividad y la bondad de los dones de Dios en mí? ¿Qué me hace temer sus designios sobre mí? ¿Por qué termino enterrando lo que Dios me ha dado? ¿Puede un talento en mí morir así?

Jueves

Lee el pasaje del Evangelio y pregúntate: ¿Llevo dentro de mis momentos de oración el deseo de ser consolado por Dios? ¿Cuánto confío en el don de su amor? ¿Puedo recuperarme de mis errores? Una vez marcado por el amor de Jesús, ¿reanudo con confianza el camino de mi vida de fe?

Viernes

Lee el pasaje del Evangelio y pregúntate: a la luz de mis experiencias personales, ¿Ayudo a otras personas a potenciar sus talentos personales? ¿Qué hago para que nadie deje de usar mal los talentos, habilidades y cualidades de su persona? ¿Cuánto me comprometo en oración a bendecir y santificar el camino existencial y las etapas de crecimiento de las personas que siento que me han sido confiadas por el Señor Jesús? ¿Son una fuente de bien para el crecimiento talentoso de otros?

Sábado

Prepárate en este día para escuchar el nuevo pasaje del Evangelio en la próxima Eucaristía y pide ya al Señor Jesús que ilumine tu vida y te apoye en cada paso de tu camino.

CELEBRAR Y SERVIR

Es hora de ponerse en movimiento, de actuar como consecuencia de lo que has escuchado, de dar los frutos del Evangelio en tu vida.

En los próximos días, arremángate para ayudar a las personas que encuentres a que tomen conciencia de los dones - los talentos - de los que es rica su vida. Esforzaos en que todos redescubran los dones recibidos de Dios y comiencen a hacerlos fructificar en el camino del Evangelio.

¡Reflexiona, ora y da gracias!


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