Cuando des un banquete
#EvangelioDelDia 31 de octubre, LUNES
En el evangelio Jesús se muestra como nuestro don y recompensa, y nuestros hermanos más pobres como nuestra riqueza, responsabilidad. Jesús indica la actitud desinteresada que debe caracterizar la hospitalidad. Se trata de elegir la gratuidad en lugar del cálculo oportunista que intenta obtener una recompensa, que busca el interés y que intenta enriquecerse cada vez más. Jesús demuestra de esta manera, su preferencia por los pobres y los excluidos, que son los privilegiados del Reino de Dios, y difunde el mensaje fundamental del Evangelio que es servir al prójimo por amor a Dios.
Jesús se hace portavoz de quien no tiene voz y dirige a cada uno de nosotros un llamamiento urgente para abrir el corazón y hacer nuestros los sufrimientos y las angustias de los pobres, de los hambrientos, de los marginados, de los refugiados, de los derrotados por la vida, de todos aquellos que son descartados por la sociedad y por la prepotencia de los más fuertes. Jesús, en el Evangelio, nos habla de las intenciones más profundas en nuestras actuaciones, o, lo que lo mismo, de nuestras actitudes al obrar de una determinada forma. ¿Qué buscamos, a quién buscamos? ¿Nuestro reconocimiento? o ¿a nuestro prójimo? ¿Invitamos por amor o por puro comercio?
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