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Mostrando entradas de agosto, 2025

DOM XXII del T.O. Añade asientos a tu mesa

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El Evangelio de este domingo, nos presenta a Jesús en la casa de un fariseo, donde está siendo observado con atención. Este encuentro, nos ofrece profundas enseñanzas sobre la forma en que nos relacionamos con los demás y la actitud que debemos tener en nuestras vidas. Jesús ve cómo los invitados eligen los mejores lugares en la mesa. Está situación plantea que en la vida, muchas veces, buscamos ocupar espacios de honor, anhelamos el reconocimiento, que nos vean y exaltamos nuestra importancia. Sin embargo, Jesús invita a reflexionar sobre la humildad. Él nos dice que, en lugar de buscar el primer lugar, debemos ocupar el último, porque aquellos que se humillan serán exaltados.  Resulta un mensaje radical para nuestra cultura contemporánea, donde la competencia por ser el primero es fuerte. Sin embargo, al enseñarnos a ocupar los últimos lugares, Jesús nos desafía a adoptar una postura de servicio y deferencia hacia los demás. La verdadera grandeza en el Reino de Dios no se mide po...

DOM XXI del T.O. La dieta para entrar por la puerta estrecha

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En este pasaje del Evangelio de Lucas, encontramos a Jesús en un momento crucial de su ministerio, durante su viaje hacia Jerusalén. Un hombre le pregunta: “Señor, ¿son pocos los que se salvan?”. Esta pregunta refleja una preocupación común entre aquellos que escuchan a Jesús, una inquietud que muchos de nosotros también podemos sentir. Jesús responde de manera sorprendente: “Esforzaos por entrar por la puerta estrecha”. La imagen de la puerta estrecha nos lleva a reflexionar sobre qué significa realmente ser discípulo de Cristo. La puerta representa el acceso al Reino de Dios, y su estrechez recuerda que el camino del seguimiento de Jesús no es siempre fácil. Requiere esfuerzo, compromiso y, a veces, sacrificio. El llamado a esforzarnos no implica que la salvación depende únicamente de las obras; más bien, invita a participar, a implicarnos activamente en la relación con Dios. Se trata de abrirnos a su gracia y permitir que se haga luz en nuestras vidas. Esto significa vivir según su ...

DOM XX del T.O. El precio del seguimiento

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El Evangelio de Lucas nos presenta un pasaje que puede resultar desafiante y provocador. En él, Jesús dice: “He venido a echar fuego en la tierra; y ¡cómo deseo que ya esté ardiendo!”. Estas palabras nos confrontan directamente y nos invitan a reflexionar sobre la naturaleza de la misión de Cristo y lo que significa seguirle. Cuando Jesús habla de "echar fuego", se refiere a un fuego que purifica y transforma. No es un fuego de destrucción, sino uno que tiene el poder de cambiar corazones y vidas. El fuego que Él trae es el amor divino que consume lo que no es auténtico en nosotros y nos impulsa a vivir de manera plena. Este fuego representa el Espíritu Santo, que viene a encender en nosotros la pasión por la justicia, la verdad y el amor al prójimo.  El llamado a ser transformados es, sin duda, un reto. Muchas veces, preferimos quedarnos en nuestra zona de confort, donde todo parece seguro y familiar. Sin embargo, Jesús nos llama a dejar atrás esas comodidades y a permitir q...

DOM XIX del T.O. Ojo, vigilantes

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El Evangelio según San Lucas, de este domingo, nos presenta un mensaje profundamente reconfortante y desafiante a la vez. Jesús comienza diciendo: “No temáis, pequeño rebaño, porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino”. Estas palabras resuenan con una promesa de amor y provisión divina. Nos recuerdan que, aunque las circunstancias de la vida puedan ser inciertas y desafiantes, podemos confiar en la bondad y la generosidad de Dios. La exhortación a no temer es un llamado a soltar nuestras ansiedades y preocupaciones. En una época en la que muchas cosas parecen fuera de control, esta invitación nos recuerda que Dios está con nosotros. Él se preocupa por nosotros, y su deseo es que vivamos en libertad y alegría, sin ser atrapados por el miedo, la angustia, la zozobra. La imagen de “pequeño rebaño” es tierna; nos muestra que, aunque podamos sentirnos vulnerables, somos parte de una familia, la familia de Dios. El Reino de Dios, que se nos ha prometido, no es algo que debemos ganar...